Sobre Mi

¡Hola! Soy Natalia y quiero compartir contigo mi fascinante viaje de autodescubrimiento y sanación. Desde pequeña, supe que era diferente. Descubrí mi don de videncia en mi infancia, cuando incluso tenía una marca en la frente que me diferenciaba. En aquellos años, me pasaba jugando y conversando con iconos de santos, rezando y viendo espíritus. Sin embargo, como cualquier niño de mi época, era difícil compartirlo.

Mi intuición era aguda; adivinaba cosas, experimentaba sueños premonitorios y prefería la compañía de animales y la naturaleza. Desafortunadamente, también sufría problemas de salud y pasé gran parte de mi infancia en hospitales. A los 12 años, mi familia decidió mudarse a la Costa del Sol en busca de nuevas oportunidades. Fue un momento de transformación, donde tuve que aprender a enfrentar la vida y redescubrirme a mí misma desde cero.

Como cualquier adolescente, me dejé llevar por la diversión, las fiestas y los amigos, pero nunca dejé de trabajar y estudiar. Aunque seguía viendo espíritus y explorando otras dimensiones, las respuestas parecían eludirme. Con el tiempo, la búsqueda de mi identidad me llevó a estudiar psicología, hipnosis, terapias, energías y abrir varios negocios. Sin embargo, a pesar de todos esos intentos, sentía un vacío que no lograba llenar.

La vida me llevó a un punto crítico donde todo parecía carecer de sentido. Una noche, mientras miraba las estrellas desde mi terraza, pedí a Dios que me llevara con Él. Al despertar, tuve una revelación inquietante: vi una imagen de mí misma como si estuviera muerta. Poco después, mientras regresaba de un fin de semana en una casa rural, sufrimos un accidente. Mi amiga se quedó dormida al volante y estuvimos a punto de perderlo todo. En medio del caos, sentí como si alguien me hubiera salvado.

Una semana después, comencé a recibir mensajes de Santos y Ángeles en mis sueños, guiándome hacia mi propósito y revelándome el poder que poseo para ayudar a los demás. Vi el azote de la COVID-19 antes de que ocurriera y comprendí cómo debía prepararme para lo que estaba por venir. Fue entonces cuando mi vida dio un giro inesperado, llevándome a mudarme a una nueva ciudad donde todo comenzó a cambiar.

Fue en ese lugar donde descubrí mi verdadera pasión: ayudar a los demás. Me formé como maestra en Reiki y desde entonces he dedicado mis años a ofrecer sesiones personalizadas. El Reiki es una técnica que permite la transmisión de energía a través de las manos, promoviendo la sanación física, emocional y espiritual.

Cada sesión que brindo es única, adaptada a las necesidades de cada persona. Mi misión es guiarlos hacia el equilibrio y la armonía, para que enfrenten los desafíos cotidianos con claridad y serenidad. Ver las transformaciones positivas en quienes atraviesan mis manos es una fuente de gratificación que me impulsa a continuar.

Además, he desarrollado un método personal donde integré mis conocimientos de psicología, mi don, espiritualidad, energías y sanación, uniendo lo material y lo interno. Comprendo que muchas veces, para sanar la parte psicológica, es esencial abordar también el alma y la calidad de vida material. Si lo material nos preocupa, afecta nuestra salud y relaciones, creando un ciclo del que parece difícil escapar. Por eso, trabajar en todas las áreas es crucial para lograr un equilibrio mental, físico y espiritual, y manifestarlo en nuestro mundo material.

Gracias a Dios que siempre está conmigo y a seguir sus pasos, he cumplido mis sueños, tengo mi familia, mis hijos que nunca pensé que tendría, salud, libertad emocional, geográfica y financiera y con este método puedo ayudar a las personas a ser más felices y salir de incertidumbre.

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